La teoría de la relatividad, desarrollada fundamentalmente
por Albert Einstein, pretendía originalmente explicar ciertas anomalías en el
concepto de movimiento relativo, pero en su evolución se ha convertido en una
de las teorías más importantes en las ciencias físicas y ha sido la base para
que los físicos demostraran la unidad esencial de la materia y la energía, el
espacio y el tiempo, y la equivalencia entre las fuerzas de la gravitación y
los efectos de la aceleración de un sistema.
La teoría de la relatividad, tal como la desarrolló Einstein, tuvo
dos formulaciones diferentes. La primera es la que corresponde a dos trabajos
publicados en 1906 en los Annalen der Physik. Es conocida como la Teoría
de la relatividad especial y se ocupa de sistemas que se mueven uno
respecto del otro con velocidad constante (pudiendo ser igual incluso a cero).
La segunda, llamada Teoría de la relatividad general (así se
titula la obra de 1916 en que la formuló), se ocupa de sistemas que se mueven a
velocidad variable.
Teoría de la relatividad especial
La Teoría de la relatividad especial, también llamada Teoría de la relatividad restringida,
es una teoría de la física publicada en 1905 por Albert
Einstein. Surge de la observación de que la velocidad de la luz en
el vacío es igual en todos los sistemas de referencia inerciales y
de obtener todas las consecuencias del principio de relatividad de Galileo, según
el cual cualquier experimento realizado, en un sistema de referencia inercial,
se desarrollará de manera idéntica en cualquier otro sistema inercial.La Teoría de la
relatividad especial estableció nuevas ecuaciones que facilitan pasar de un
sistema de referencia inercial a otro. Las ecuaciones correspondientes conducen
a fenómenos que chocan con el sentido común, siendo uno de los más asombrosos y
más famosos la llamada paradoja de los gemelos.
La relatividad
especial tuvo también un impacto en la filosofía,
eliminando toda posibilidad de existencia de un tiempo y de un espacio absoluto
en el conjunto del universo. Esta teoría se basaba en el Principio de relatividad y en la constancia de la velocidad de la luz en cualquier sistema de referencia inercial. De ello Einstein dedujo las ecuaciones de Lorentz. También reescribió las relaciones del momento y de la energía cinética para que éstas también se mantuvieran invariantes.
La teoría permitió establecer la equivalencia entre masa y energía y una nueva definición del espacio-tiempo. De ella se derivaron predicciones y surgieron curiosidades. Como ejemplos, un observador atribuye a un cuerpo en movimiento una longitud más corta que la que tiene el cuerpo en reposo y la duración de los eventos que afecten al cuerpo en movimiento son más largos con respecto al mismo evento medido por un observador en el sistema de referencia del cuerpo en reposo.
Los postulados de la relatividad especial son dos. El primero
afirma que todo movimiento es relativo a cualquier otra cosa, y por lo tanto el
éter, que se había considerado durante todo el siglo XIX como medio propagador
de la luz y como la única cosa absolutamente firme del Universo, con movimiento
absoluto y no determinable, quedaba fuera de lugar en la física, que no
necesitaba de un concepto semejante (el cual, además, no podía determinarse por
ningún experimento).
El segundo postulado afirma que la velocidad de la luz es siempre
constante con respecto a cualquier observador. De sus premisas teóricas obtuvo
una serie de ecuaciones que tuvieron consecuencias importantes e incluso
algunas desconcertantes, como el aumento de la masa con la velocidad. Uno de
sus resultados más importantes fue la equivalencia entre masa y energía, según
la conocida fórmula E=mc², en la que c es la velocidad de la
luz y Erepresenta la energía obtenible por un cuerpo de masa mcuando
toda su masa sea convertida en energía.
Dicha equivalencia entre masa y energía fue demostrada en el
laboratorio en el año 1932, y dio lugar a impresionantes aplicaciones concretas
en el campo de la física (tanto la fisión nuclear como la fusión termonuclear
son procesos en los que una parte de la masa de los átomos se transforma en
energía). Los aceleradores de partículas donde se obtiene un incremento de masa
son un ejemplo experimental clarísimo de la teoría de la relatividad especial.
La teoría también establece que en un sistema en movimiento con
respecto a un observador se verifica una dilatación del tiempo; esto se ilustra
claramente con la famosa paradoja de los gemelos: "imaginemos a dos
gemelos de veinte años, y que uno permaneciera en la Tierra y el otro partiera
en una astronave, tan veloz como la luz, hacia una meta distante treinta años
luz de la Tierra; al volver la astronave, para el gemelo que se quedó en la
Tierra habrían pasado sesenta años; en cambio, para el otro sólo unos pocos
días"
Teoria de la Relatividad General
La teoría de la relatividad general se refiere al caso de movimientos que se producen con velocidad variable y tiene como postulado fundamental el principio de equivalencia, según el cual los efectos producidos por un campo gravitacional equivalen a los producidos por el movimiento acelerado.
La teoría de la relatividad general se refiere al caso de movimientos que se producen con velocidad variable y tiene como postulado fundamental el principio de equivalencia, según el cual los efectos producidos por un campo gravitacional equivalen a los producidos por el movimiento acelerado.
Tras varios intentos fallidos de acomodar la interacción
gravitatoria con la relatividad, Einstein sugirió de que la gravedad no es una
fuerza como las otras, sino que es una consecuencia de que el espacio-tiempo se
encuentra deformado por la presencia de masa (o energía, que es lo mismo).
Entonces, cuerpos como la tierra no se mueven en órbitas cerradas porque haya
una fuerza llamada gravedad, sino que se mueven en lo más parecido a una línea
recta, pero en un espacio-tiempo que se encuentra deformado por la presencia
del sol.
Los cálculos de la relatividad general se realizan en un
espacio-tiempo de cuatro dimensiones, tres espaciales y una temporal, adoptado
ya en la teoría de la relatividad restringida al tener que abandonar el
concepto de simultaneidad. Sin embargo, a diferencia del espacio de Minkowsy y
debido al campo gravitatorio, este universo no es euclidiano. Así, la distancia
que separa dos puntos contiguos del espacio-tiempo en este universo es más
complejo que en el espacio de Minkowsky.
Con esta teoría se obtienen órbitas planetarias muy similares a
las que se obtienen con la mecánica de Newton. Uno de los puntos de
discrepancia entre ambas, la anormalmente alargada órbita del planeta Mercurio,
que presenta un efecto de rotación del eje mayor de la elipse (aproximadamente
un grado cada diez mil años) observado experimentalmente algunos años antes de
enunciarse la teoría de la relatividad, y no explicado con las leyes de Newton,
sirvió de confirmación experimental de la teoría de Einstein.
Un efecto que corroboró tempranamente la teoría de la relatividad
general es la deflexión que sufren los rayos de luz en presencia de campos
gravitatorios. Los rayos luminosos, al pasar de una región de un campo
gravitatorio a otra, deberían sufrir un desplazamiento en su longitud de onda
(el Desplazamiento al rojo de Einstein), lo que fue comprobado
midiendo el desplazamiento aparente de una estrella, con respecto a un grupo de
estrellas tomadas como referencia, cuando los rayos luminosos provenientes de
ella rozaban el Sol.
La verificación se llevó a cabo aprovechando un eclipse total de
Sol (para evitar el deslumbramiento del observador por los rayos solares, en el
momento de ser alcanzados por la estrella); la estrella fue fotografiada dos
veces, una en ausencia y otra en presencia del eclipse. Así, midiendo el
desplazamiento aparente de la estrella respecto al de las estrellas de
referencia, se obtenía el ángulo de desviación que resultó ser muy cercano a lo
que Einstein había previsto.
El concepto de tiempo resultó profundamente afectado por la
relatividad general. Un sorprendente resultado de esta teoría es que el tiempo
debe transcurrir más lentamente cuanto más fuerte sea el campo gravitatorio en
el que se mida. Esta predicción también fue confirmada por la experiencia en
1962. De hecho, muchos de los modernos sistemas de navegación por satélite
tienen en cuenta este efecto, que de otro modo darían errores en el cálculo de
la posición de varios kilómetros.
Otra sorprendente deducción de la teoría de Einstein es el
fenómeno de colapso gravitacional que da origen a la creación de los agujeros
negros. Dado que el potencial gravitatorio es no lineal, al llegar a ser del
orden del cuadrado de la velocidad de la luz puede crecer indefinidamente,
apareciendo una singularidad en las soluciones. El estudio de los agujeros
negros se ha convertido en pocos años en una de las áreas de estudio de mayor
actividad en el campo de la cosmología.
Precisamente a raíz de la relatividad general, los modelos
cosmológicos del universo experimentaron una radical transformación. La
cosmología relativista concibe un universo ilimitado, carente de límites o
barreras, pero finito, según la cual el espacio es curvo en el sentido de que las
masas gravitacionales determinan en su proximidad la curvatura de los rayos
luminosos. Sin embargo Friedmann, en 1922, concibió un modelo que representaba
a un universo en expansión, incluso estático, que obedecía también a las
ecuaciones relativistas de Einstein. Con todo, la mayor revolución de
pensamiento que la teoría de la relatividad general provoca es el abandono de
espacio y tiempo como variables independientes de la materia, lo que resulta
sumamente extraño y en apariencia contrario a la experiencia. Antes de esta
teoría se tenía la imagen de espacio y tiempo, independientes entre sí y con
existencia previa a la del Universo, idea tomada de Descartes en filosofía y de
Newton en mecánica.
http://youtu.be/AEMpsGWm9eU