sábado, 25 de enero de 2014

TIERRA SOMOS TODOS .



La tierra somos Todos!! 
Eres tu ,yo ,él ,nosotros, Vosotros y ellos. 
 La Tierra puede con todas las dificultades. Siéntela tuya, ámala ,respétala ,llénate de Amor y esperanza, así como cuando nos llega un hijo.  Cuando caminamos sobre ella, cuando la impregnamos de nuestras huellas, estamos pisando tambien un pedazo de nosotros.
 LA TIERRA ERES TU..CUIDALA,PROTEGELA.
 Es el legado de nuestros hijos, que finalmente son los Hijos de la Tierra.
La Tierra se ha transformado actualmente en el grande y oscuro objeto del amor humano. Nos damos cuenta de que podemos ser destruidos. No por algún meteoro rasante ni por algún cataclismo natural de proporciones fantásticas, sino por causa de una irresponsable actividad humana. Se han construido dos máquinas de muerte, que pueden destruir la biósfera: el peligro nuclear y la sistemática agresión ecológica al sistema Tierra.
En razón de esta doble alarma, despertamos de un ancestral sopor. Somos responsables de la vida o de la muerte de nuestro planeta vivo. De nosotros depende el futuro común, nuestro y de nuestra querida casa común, la Tierra. Como medio de salvación de la Tierra invocamos hoy la ecología. No en el sentido palmario y técnico de gestionamiento de los recursos naturales, sino como una visión del mundo alternativa, como un nuevo paradigma de relación respetuosa y de sinergia para con la Tierra y para con todo lo que ella contiene.
Cada vez entendemos mejor que la ecología se ha convertido en el contexto de todos los problemas: de la educación, del proceso industrial, de la urbanización, del derecho y de la reflexión filosófica y religiosa.
A partir de la ecología, se está elaborando e imponiendo un nuevo estado de conciencia en la humanidad que se caracteriza por más benevolencia, más compasión, más sensibilidad, más ternura, más solidaridad, más cooperación, más responsabilidad entre los seres humanos hacia la tierra y hacia la necesidad de su conservación.
En esta perspectiva alimentamos una perspectiva optimista. La Tierra puede y debe ser salvada. Y será salvada. Ella ya pasó por más de 15 grandes devastaciones. Y siempre sobrevivió y puso a salvo el principio de vida. Y llegará a superar también el actual impasse, pero con una condición: que cambiemos de rumbo y de óptica. De esta nueva óptica surgirá una nueva ética de responsabilidad compartida y de sinergia para con la Tierra.
Todos compartimos la Tierra en la que vivimos. Nos guste o no, somos igual de importantes que el resto de seres que cohabitan este planeta azul y, por tanto, tienen el mismo derecho que nosotros a disfrutarlo o simplemente perpetuarse. A menudo no somos conscientes de que cada pequeña acción de los humanos incide en el conjunto planetario, afectándolo, modificándolo, alterando la estructura natural que posee. Podemos hacer que el aire que respiramos sea un poco más puro, reduciendo las emisiones de dióxido de carbono que vertemos a la atmósfera. Podemos frenar el proceso de derroche de residuos que convierte en vertederos nuestros bosques y mares. Podemos reducir nuestro consumo para que otros puedan consumir lo que necesitan para subsistir. Sólo hay que imaginar cómo nos gustaría que vivieran las generaciones venideras, pensar en qué Tierra queremos legar. Todos tripulamos la nave terrestre en que vivimos, pero algunos poseemos más conocimientos de la misma que otros. Ahí está nuestra responsabilidad.


DELIA DUCREAUX

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